Dentro de las distintas fórmulas de climatizar espacios, el suelo radiante refrescante es una de las más eficientes y de las que está adquiriendo una mayor fama en la actualidad.
Son muchos los motivos que justifican el auge de este sistema de climatización para hogares y oficinas: su eficiencia, la comodidad del uso, la ausencia de aparatos visibles… Todo ello hace del suelo refrescante una opción muy interesante para cualquier nueva obra o rehabilitación de espacios.
Si dudas sobre si instalarlo o no, te ofrecemos una guía completa sobre qué es el suelo radiante refrescante, por qué interesa contar con él, cómo funciona y cuáles son las ventajas del suelo radiante refrescante.
Qué es el suelo radiante refrescante
No, no se trata de una fórmula nueva y de reciente invención. El suelo radiante refrescante es, de hecho, la primera fórmula artificial de climatización de espacios. Para conocer su origen hay que viajar a la antigua Roma Imperial.
Los antiguos romanos creaban conductos bajo el suelo y las paredes de sus termas. Esos espacios los llenaban de un vapor de agua muy caliente, lo que hacía que las superficies tomaran temperatura y calentasen las piscinas de los baños romanos.
Justo bajo esa misma filosofía se diseñan las estructuras de suelo radiante refrescante hoy en día. En pocas palabras, estos sistemas de climatización se basan en la colocación de una red de tuberías que se instalan bajo el suelo y que calientan o refrescan los espacios de cualquier inmueble de manera limpia, segura, eficiente y sin que se note.
Tan efectivo para elevar la temperatura como para bajarla, este sistema de climatización basado en la radiación ofrece mejores resultados que los aires acondicionados, los radiadores o cualquier otro método tradicional que se pueda instalar habitualmente en una casa o una oficina.
Funcionamiento del suelo radiante refrescante
¿Cómo funciona el suelo radiante refrescante? ¿Qué hace que sea una de las fórmulas más interesantes en cuanto a sistemas de climatización de hogares? Su sistema de trabajo, que hace que sea una estructura de gran eficiencia, muy poco contaminante y que reduce en todo lo posible el gasto energético y, por tanto, baja la factura de la luz.
El suelo radiante refrescante climatiza los espacios debido a una instalación de tuberías que recorren todo el suelo en una capa inferior al pavimento que se pisa.
Bajo las losas o la tarima flotante, el agua recorre este circuito cerrado a una temperatura que oscila entre los 35 grados y los 18, dependiendo del objetivo que se persiga.
Estas tuberías se rodean de mortero, un material que transmite muy bien la temperatura y que, por «contagio» se calienta o se enfría y traslada eso al suelo, terminando de climatizar todo el espacio de un modo homogéneo, directo y eficiente.
Los elementos del suelo radiante refrescante
Además de las tuberías y la instalación del suelo, ¿qué más elementos se precisan para el montaje de un suelo radiante refrescante que funcione correctamente? Un sistema de generación que pueda elevar o reducir la temperatura. Generalmente, se utilizan calderas de aerotermia, que son las más eficientes.
Además de ello, será precisa la instalación del armario colector. ¿Qué es esto? Una «caja» que se oculta en la pared y donde se instalan todas las válvulas de ida y de retorno del agua. Se podría decir que es el verdadero punto de interés de la estructura, ya que permite la comunicación entre la caldera y el suelo radiante.
Esos dos elementos bastan por sí solos para completar una instalación de suelo radiante refrescante. Un sistema de calefacción que se puede instalar sin problemas en cualquier obra nueva, y que precisará de unas características concretas —un espesor de suelo de 10 cm, sobre todo— en el caso de reformas de inmuebles ya construidos. Lo ideal es contactar con un equipo de especialistas en reformas para valorar la posibilidad de la instalación en tu propiedad.
Cuáles son sus ventajas
Las ventajas del suelo refrescante son muchas y justifican esta elección frente a cualquier otro sistema de climatización mayoritariamente instalado hasta hace unos años. En primer lugar, hay que abordar el tema de la eficiencia energética. Esta instalación es compatible con los sistemas de generación de calor o frío de gran eficiencia energética. La consecuencia de esto es que se hace un menor gasto de energía, se reduce la huella ecológica y se ahorra en el gasto en climatización.
Más allá de ello, el suelo radiante refrescante no reseca el ambiente, como sí ocurre con radiadores o aires acondicionados. Esto hace que los espacios afectados por estas estructuras de suelo radiante refrescante sean más agradables. En el mismo sentido, este modelo de climatización no genera corrientes, lo que eleva la sensación de confort.
Por último, es un sistema invisible. No habrá aparatos en el techo ni en las paredes, lo que permite que los propietarios del inmueble ganen espacio y eliminen el problema estético de los split o de los radiadores.
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