La humedad por condensación es el enemigo público número uno en los hogares. Nos estamos refiriendo a esas temidas manchas que comienzan a aparecer en techos y paredes en un determinado momento, haciendo que nuestra casa parezca sucia o descuidada.

El problema de la humedad de condensación va más allá de la mera estética, el moho está directamente relacionado con malos olores y problemas de alergias. ¿Cómo podemos eliminar la humedad por condensación? Realmente se trata de un tema complicado de atajar, pero de la mano de expertos, puede que no todo esté pedido.
¿Qué causa la humedad por condensación?
La humedad por condensación es un fenómeno relacionado con la temperatura dentro del hogar. Un sistema de calefacción inadecuado, secar la ropa dentro de la casa (práctica muy habitual en invierno) o un alto número de ocupantes en la vivienda hacen que la humedad en el interior de una casa aumente. La humedad ambiental no es otra cosa que agua en estado gaseoso, invisible, pero que en contacto con una superficie cuya temperatura sea igual o superior al punto de rocío, se condensa. El vapor de agua entonces se va depositando en los cristales y marcos de las ventanas, paredes y techos.

Este tipo de fenómeno deteriora las superficies porosas y, lo peor, se va formando una capa del temido moho. Es en este punto, cuando nos damos cuenta de que tenemos un problema de humedades en las paredes interiores por condensación.
Soluciones a la humedad por condensación
Para evitar la condensación, como medida preventiva y fácil de poner en práctica nos encontramos con la opción de ventilar frecuentemente el interior de la casa, mediante la ventilación cruzada (la corriente de aire debe fluir entre dos puntos enfrentados, por ejemplo entre una ventana y una puerta), aunque en muchas ocasiones esto no es posible por la propia estructura de la vivienda.
Por otro lado, trataremos de utilizar sistemas de calefacción que no generen humedad; además, la luz solar debe penetrar en el interior de las habitaciones el mayor tiempo posible.
El aislamiento térmico, la solución definitiva
Con las medidas que hemos contado, el problema de la humedad no estaría resuelto de raíz, puesto que el equilibrio térmico seguiría igual. Si la vivienda no incorpora un adecuado sistema de aislamiento en techos y fachada, se seguirán teniendo problemas para mantener el balance de energía adecuado entre el interior y el exterior de la vivienda, sobre todo en invierno. Por eso, merece la pena valorar el posible aislamiento térmico de la fachada, el techo y las cubiertas de nuestra casa.
Cuando pensamos en acometer una reforma encaminada a aislar nuestro hogar, se nos viene a la cabeza un proyecto faraónico, engorroso y sobre muy caro, pero existen soluciones muy eficaces para trabajar el aislamiento térmico sin que nos pese. Estaríamos hablando de obras sencillas que se resuelven colocando un falso techo o el aislamiento térmico en el interior, sin tener que comprometer la fachada de la casa.
Además, una parte del problema puede salvarse colocando ventanas que eviten la transmisión térmica (que no hagan de puente) entre la temperatura exterior e interior. Por último, resulta muy eficaz rematar la faena pintando techos y paredes con pintura especial antihumedad que reforzará la impermeabilización de nuestra vivienda.
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Normalmente, acudes a profesionales para asesorarte sobre cualquier tema que te ronda y que no dominas. Con la humedad no iba a ser menos, por eso ¡que no cunda el pánico! Ponte en manos de Cubicup, donde contamos con los mejores profesionales con experiencia en la reforma de hogares.