Hacer reformas integrales de tu piso o casa es una buena manera de cambiar todo aquello que no te gusta, añadir funcionalidades y hacer la vivienda más adecuada según tu estilo y tus necesidades. Ante este reto, la información es primordial y es normal que te surjan muchas preguntas. En este artículo queremos responderte e informarte de cómo conseguir la cédula de habitabilidad después de una reforma integral. ¿Es un trámite necesario?
¿Qué es la cédula de habitabilidad?
Si nos preguntamos qué es la cédula de habitabilidad, la respuesta es fácil: es aquel documento indispensable para vivir en un piso o casa y que determina que una vivienda está preparada para ser habitada. Por lo tanto, lo que este documento certifica es que la vivienda cumple con los requisitos necesarios para ser ocupada, sin perjuicio de que en la misma se realicen otras actividades debidamente autorizadas.
Obtener una nueva cédula de habitabilidad después de una reforma es necesario ya que la reforma integral modifica sustancialmente la vivienda inicial. La cédula de habitabilidad deberá estar actualizada de acuerdo con la nueva configuración de la vivienda.
Tipos de cédulas de habitabilidad
Existen tres tipos distintos de cédulas de habitabilidad:
Cédula de Primera Ocupación para viviendas nuevas:
Es aquella cédula solicitada en casos de viviendas de nueva construcción. En este caso lo que se concede no es la cédula en sí, sino la Licencia de Primera Ocupación que otorga el Ayuntamiento al responsable de la obra en las viviendas de nueva construcción.
Cédula de Primera Ocupación de Rehabilitación:
Incluye la mayoría de los casos de viviendas rehabilitadas o reformadas. Si se ha hecho una gran ampliación o modificación del estado original, como por ejemplo la redistribución de espacios o la ampliación de la vivienda, se puede considerar necesario tramitar la cédula para viviendas nuevas. El arquitecto deberá verificar que, entre otras cosas, no se han visto afectados muros de carga, pilares o tabiques maestros.
Cédula de Segunda Ocupación:
Es la cédula más habitual puesto que es la que se pide en cuanto la cédula anterior ha caducado y se tiene que expedir una renovación. Al tratarse de una renovación, se trata de un proceso sencillo y rápido.
Requisitos parta obtener la Cédula de habitabilidad.
Los requisitos para obtener la cédula de habitabilidad varían según la Comunidad Autónoma y su normativa de construcción. Por eso es muy importante que la reforma cuente con un equipo técnico de profesionales capaces de identificar las necesidades regulativas y conseguir la reforma deseada de acuerdo con la normativa.
Sin embargo, podemos subrayar los requisitos mínimos más comunes:
– Superficie útil mínima de 36 m².
– La habitación más pequeña debe tener, por lo menos, de 6 m².
– Conjunto mínimo de sala de estar/comedor, cámara higiénica (baño) y equipo de cocina.
– Altura mínima entre pavimento y techo de 2,5 m. Es posible reducirla ligeramente en baño y cocina.
– Higiene y salubridad. Para ello se analizan elementos como la iluminación de la vivienda o la ventilación.
– Estado correcto de los materiales de construcción, instalaciones de seguridad, puertas, entre otros.
– Los cuartos de baño no pueden ser sala de paso para el acceso a otras habitaciones.
– Acceso practicable a la cocina, el espacio común o el baño
Cómo conseguir la cédula de habitabilidad
El documento es expedido por el Ayuntamiento de la localidad a la que la vivienda pertenece, de modo que el proceso para obtenerlo recae en la Administración Municipal. El equipo del Ayuntamiento comprobará la idoneidad de la solicitud de acuerdo con la documentación presentada. El plazo máximo para notificar el otorgamiento o la denegación de la cédula de habitabilidad es de 30 días hábiles desde la fecha de recepción en el Registro de la solicitud.
Esta documentación, será presentada por el arquitecto de la reforma, que deberá trabajar y firmar un Certificado Final de Obra de la reforma, visado correctamente por el Colegio Oficial de Arquitectos que corresponda. En este informe, el arquitecto debe especificar que las condiciones de la vivienda cumplen con la normativa y que la vivienda se declara apta para la habitabilidad.
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